México es un país diverso culturalmente está conformado por 68 pueblos indígenas. En sus territorios se presenta la mayor concentración de biodiversidad. A pesar de su relevancia biocultural, durante siglos sus derechos sobre los territorios han sido negados. A contracorriente del histórico olvido gubernamental, los pueblos indígenas defienden sus territorios, ricos en biodiversidad y cultura. El objetivo del capítulo es analizar las estrategias de grupos organizados de mujeres mayas y hñähñus para preservar el territorio biocultural desde la óptica de la ecología política feminista (EPF) en dos territorios situados en Campeche e Hidalgo. La EPF destaca la politización que emprendieron mujeres campesinas ante el cambio ambiental y social. Las mujeres mayas recurrieron a la organización para visibilizar el conflicto socioambiental y las hñahñus negociaron en los hogares y su comunidad recursos naturales. En ambos casos, la organización colectiva fue crucial para preservar el territorio biocultural de las especies compañeras: abeja melipona y maguey. Las meliponicultoras mayas judicializaron el conflicto y apelaron al derecho internacional para defender el territorio maya y su derecho a un medio ambiente sano y las hñahñus reforestaron colectivamente 63 hectáreas con maguey de distintas especies. Los casos ilustran el esfuerzo de las mujeres para recrear los territorios bioculturales desde sus cosmovisiones e intersectadas por el género. Dicha perspectiva amplía el marco de acción política de sociedades que han sido históricamente marginalizadas y plantea nuevas posibilidades para extender la organización colectiva y la defensa de territorios bioculturales centrales para la sostenibilidad socioambiental.

ARTISTAS INVITADOS